PROGRAMADOS PARA VIVIR EQUIVOCADOS

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   No podemos ver los errores porque se nos ha programado para no verlos. El motivo por el cual nos ha sido casi imposible, lo repetimos, ver errores, equivocaciones y las falsas doctrinas es uno sólo, se resume en lo mismo. Los grandes jerarcas reyes, faraones y personajes eclesiásticos del pasado se tomaron la molestia de lavarnos el cerebro y nos grabaron sutilmente en nuestro subconsciente «En nuestro Disco duro» un programita que se llama temor ancestral. ¿Qué es un temor ancestral?, por ejemplo: cuando en aquellos tiempos existían plagas que diezmaban las cosechas y ocasionaban enfermedades al nombre como plagas de langostas, ranas, ratones etc., se ha ido a través de los tiempo quedando en nuestra conciencia, influenciado por nuestros ancestros ese miedo a tales animales o insectos  hasta hoy día. Y ese mismo instrumento denominado miedo hace que sudemos y temblemos con sólo pensar en el terrible castigo eterno que nos espera por discrepar del mandato divino; y ese miedo  nos ha paralizado, ha inmovilizado nuestro libre albedrio y prácticamente ha detenido nuestro sentido común

 El miedo sagrado

Con este miedo actuando como reflejo dentro de nuestra conciencia interior, perdemos las perspectivas de las realidades en la que estamos viviendo y nos volvemos mansas ovejitas para ser conducidos como rebaño sumiso al abismo y a la destrucción, por no conocer nuestra innata identidad divina, y  temerosos del cruel y vengativo ser superior que nos han obligado a aceptar como el Dios real.

¿Ahora cree usted distinguido lector, que nuestro propósito es puro ateísmo o ignorancia espiritual, Que el Dios en quien creemos y que es un centro vibratorio de donde todo amor y comprensión procede, puede ser un ser vengativo y sentimentalmente lleno de maledicencia, enojo, arrogancia y vengativo?. Para quitarnos todas esas dudas leamos el Salmo 94, Tal capítulo, llamado arrogantemente Oración clamando venganza, ¡Padre Eterno (Yahvé), Dios de las Venganzas, ¡¡Dios de las Venganzas!!, muéstrate!. Levántate, oh juez de la tierra.

  Aquí como podemos apreciar  y como Jesús nos enseño que su reino no era de este mundo, cuando este salmo se refiere al Dios de la tierra ofreciendo  venganza. ¿Quedó alguna duda de ver ahí descrito al vengativo Creador del Cielo y de la Tierra (según los exegetas cristianos), como para no aceptar lo que recién afirmamos?. Y,¿desde cuando me pregunto yo, mirando las cosas desde el punto de vista humano o terrenal es  la Justicia  sinónimo de venganza?, menos aun mirándola desde la justicia divina como para haberla aceptado así.